Anna Elisabeth Bassaraba de Brancovan, condesa de Noailles, fue una escritora francesa muy famosa en su época. Vivió y se desarrolló en los inicios del siglo XX en París. Muy culta, hermosa, refinada y talentosa, dejó diversas obras en las que destaca su poesía.
Este poema que presentamos apareció en el poemario Les Éblouissements (Los destellos) de 1907.
LA NOSTALGIA
Son ahora lo mejor de mi vida,
oh mis días que pasan;
son mi juventud y mi querida locura,
¡Están tan apremiados!
Cuando voy, jugando entre todas las cosas,
cada momento me dice:
“Mira, te dejo un poco menos de tu rosa
y de tu paraíso”
¡Ah! ¡Que ya se desmenuza entre mis dos manos embriagadas
el rosal rosa y blanco!
¡Que ya se acerca el mediodía! – Poder revivir
mis primeros días tan lentos.
– Tener quince años, soñar en la hierba alta y cálida
donde el sol golpea,
sin levantarse para ver si el bello Amor ronda,
si escuchamos sus pasos.
Saber que tendremos, para poseer el mundo,
todos los otros veranos,
y gustar esta felicidad insensible y profunda
de ser sin voluptuosidad.
Saber que es mañana y no esta noche misma
que todo será tan bello;
no poder distinguir, tanto el azul es supremo,
las piedras de la tumba.
Creer que no podemos agotar nuestra juventud,
reír por los caminos,
detenerse para apreciar el infinito y la embriaguez,
besar las propias manos …
Pero ahora nuestros corazones no pueden esperar más,
su fuerza palidecerá;
el momento más bello, más vivo, más tierno,
está entre nuestros brazos.
Veo la noche que gana el árbol;
Oh bella tarde de verano,
¿cuántas veces antes que la dicha se desvanezca
vendré aquí a sentarme?
Pienso en ti, pasado, placeres, dulces años,mano débil que jugaba,
imaginación que fue tan sorprendente,
y plena de deseos.
– ¡Ah! Por estas noches de verano, en el Oriente inmenso,
¡Ser un corazón que despierta, un alma que comienza!
Ser todavía un niño, que sueña, escucha, espera
en un pequeño jardín del antiguo Ispahan …