«Los bandidos» de Friedrich Von Schiller

“Los bandidos me costó la vida y la patria” – Schiller

Los ladrones no pueden caer como los héroes

Esta cuidada edición de la editorial Cátedra de la obra Los bandidos revela aspectos muy importantes de la obra del alemán Friedrich Von Schiller. Está inscrita en una etapa tardía del movimiento Sturm und Drang y se considera la primera pieza dramática del autor quien muy joven tuvo toda una odisea para poder publicarla y sobre todo estrenarla.

Las modificaciones que se realizaron por parte del director Von Dalberg para la puesta en escena fueron bastante importantes y es un gran ejemplo de interacción dramaturgo – director. Los apéndices de esta edición permiten profundizar y enriquecerse en este aspecto: tenemos por ejemplo la correspondencia que Schiller envió al director “defendiendo” su obra y sus argumentos como por ejemplo el hecho de estar ambientado en la época actual y no en siglos anteriores como al final se varió y muchas otras circunstancias. En el prólogo se aclara que el texto que han usado es el origina, el que Schiller realizó bastante largo y más para ser leído que para ser representado en un teatro. Finalmente con las variaciones, incluso argumentales, Los bandidos fue estrenado en el Teatro nacional de Mannheim (Palatinado) el 13 de enero de 1782.

La historia empieza cuando se nos cuenta el destino de los hijos de Maximilian, el viejo conde de Moor quien es dueño de muchas tierras y también desde luego de vasallos y familias. Franz viene a ser el hijo que está en la casa paterna pero tiene un carácter bastante malévolo, hipócrita y vil. Considerándose feo y de poca gracia anhela tener lo que le correspondería a su hermano mayor Karl. Para ello urde un plan para que su padre se separe y reniegue definitivamente de su hermano.

iMaldita sea la estulticia de nuestras nodrizas y niñeras que corrompen nuestra fantasía con cuentos terribles y graban imágenes temibles de tribunales en nuestra blanda médula cerebral que hacen que escalofríos espontáneos, estremezcan los miembros del hombre en miedo glacial, que bloquean nuestra tenacidad más osada, que encadenan nuestra razón lúcida a la oscuridad supersticiosa…

Por su parte, Karl ha huido de la familia para hacer una vida pródiga en fiestas y mujeres. Para ello cuenta con su pandilla de amigos como Spiegelberg, Schweizer, Grimm, Razzman, Schwars, Roller y otros más. En las conversaciones con ellos se ve el desprecio que siente por la sociedad de su tiempo (pues él está encantado leyendo a Plutarco y recordando las hazañas de héroes anteriores). Uno de ellos le sugiere la idea de ser «amo y señor» y dejar de ser siervos o mendigar cosas. Para ello hablan de volverse bandidos y poder robar a los más ricos y tener las mejores fiestas de ahora en adelante. Justo en ese momento llega una carta de la casa paterna donde Karl se ve despojado de su herencia e incluso de su nombre. Esto lleva al joven a tomar la decisión de abandonarse por fin del todo y volverse un peligroso bandido. Jurará lealtad eterna a sus amigos ahora ladrones quienes lo nombran orgullosamente su capitán.

«I Masnadieri» de Verdi representado en la Scala de Milán en el 2019 (Facebook: Rai 5)

En casa, Karl ha dejado a Amalia Von Edelreich, una joven fiel y modesta quien no siendo aristócrata tuvo una relación amorosa con él. El malvado de Franz desea además de la posesión de la casa tenerla a ella como esposa y Amalia será la imagen de la mujer que espera y ama sin límites al hombre aparentemente perdido.

Todo vive para volver tristemente a morir. Solo nos interesamos, solo ganamos para volver a perderlo con dolor

Los primeros dos actos son relativamente lentos si bien te explican bien y afianzan la idea de libertinaje que tiene Karl y los sentimientos oscuros de Franz. De ahí para adelante la obra se ve que despega ya mucho mejor con mucha acción de por medio. El final desde luego debe resolver el dilema entre ambos hermanos, entre ser amante y ser bandido, entre la ilusión de castigar a los injustos o aceptar la propia degradación como excusa para lo anterior.

Hay temas interesantes como la religión, la insatisfacción con la sociedad que se vive, la comunión que se da en una horda de bandidos a pesar de todo, de la ruindad y la cobardía. Personalmente no todo el desarrollo me gustó y algunas decisiones finales no fueron de mi agrado. Claro que esta manera de ver las cosas es debido a la experiencia que tengo con haber leído muchas obras de teatro y considero algunos «exabruptos» en las acciones de Schiller tal como me pareció en otra obra suya La doncella de Orleans. Es, desde luego, un punto de vista personal. Algunas escenas también me parecieron un poco declamatorias excesivamente aunque tiene también algunas buenas frases.

No reparáis en arrodillaros ante cruz y altares, desgarráis vuestras espaldas con correas y atormentáis vuestra carne con ayunos; os figuráis que con esos trucos penosos podréis embaucar al que vosotros, necios, llamáis omnisciente

La religión es definitivamente un punto gravitante. Está presente en todos de alguna u otra manera orientando sus pasos o dándoles miedo al ver un destino siniestro cercándose a algunos de ellos. Hay cierta intención moralizante en todo el drama. Sin embargo, esta obra ocasionó que Schiller se autoexiliara debido a reclamos de muchas personas que veían algunos ataques a algunos pueblos que eran sindicados como cuna de ladrones o incluso de la gente que creía ver en esta obra un impulso para que jóvenes en esta búsqueda del libertinaje se vuelvan delincuentes (así como Werther de Goethe fue acusado de suicidios de jóvenes enamorados, a esta obra se le atribuyó algunas bandas creadas recientemente). Schiller mismo indicó en diversos manifiestos que su obra no era para nada una apología a ese mundo y tuvo que ser censurada en muchas ocasiones antes de poder tener del todo la versión original y completa que ahora disfrutamos y que sirvió como fuente para la ópera de Giuseppe Verdi titulada I masnadieri (1847).

Pobre de mí, que creí erróneamente embellecer el mundo por medio de la atrocidad y mantener las leyes con la anarquía. Yo lo llamaba venganza y derecho.

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